EN PORTADA.
Carlota Casiraghi
Aventurera.
La imagen más fresca del Principado de Mónaco
Ella es la heredera indiscutible de un linaje de mujeres únicas, como lo fue su abuela, la reconocida actriz estadounidense Grace Kelly, y su madre, la princesa Carolina de Mónaco. En esta edición nos convertiremos en el espejo de la hermosa amazona amante de la moda, quien hoy ve en ella despertar la más importante de las herencias generacionales más recientes de la dinastía Grimaldi: el carisma, la naturalidad y la magia de vivir libre «a pesar de la corona».
texto Natalia Nachón / fotos Cortesía Consulado del Principado de Mónaco en República Dominicana

Por las venas de Carlota corren siglos de historia, pero ella es la protagonista del presente. Es nieta de un matrimonio de ensueño: el del príncipe Raniero III de Mónaco con la actriz Grace Kelly; e hija de otro un tanto menos convencional: el de su madre Carolina de Mónaco con el empresario italiano Stéfano Casiraghi; en medio de un largo episodio de divorcio de su primer matrimonio eclesiástico con Philippe Junot.
Tan extenso fue el capítulo, que Carlota no fue reconocida hija legítima de Stéfano hasta casi cumplidos sus siete años y entrado el 1993, cuando la Santa Sede concedió el divorcio y el papa Juan Pablo II firmó un decreto en el que se reconoció como legítimos a los tres hijos de la unión de Carolina y Casiraghi: Andrea, Pierre y Carlota, sin tener mucho que ver el orden, pues Carlota es la hermana del medio.
