Fotos: Fuente externa
Era 31 de enero del 1952 y, para aquel entonces, la reina Isabel II aún llevaba el título de princesa, ya casada con su esposo Felipe, el duque de Edimburgo, se embarcó en un viaje hacia los países de la Commonwealth. Para esa ocasión, su padre el rey Jorge VI fue junto a la reina madre y su hermana, la princesa Margarita, a despedirlos.
Imágenes catapultaron ese momento, en el que se ve a los reyes y a su hija pequeña abordar el avión para decir adiós a la joven pareja. En otras, los tres aparecen juntos en la azotea de un edificio del aeropuerto, desde donde se observó el despegue del avión junto a Winston Churchill.
Lo que ellos ni nadie imaginaba es que nunca más volverían a verse Isabel II y su padre, ya que tan solo unos días después justamente el 6 de febrero de 1952, sería el último respiro de Jorge VI a sus 56 años a causa de un cáncer de pulmón, siendo su deceso en la residencia real de Sandringham en Norfolk. Este fatídico acontecimiento aceleró la subida del trono de su heredera, quien apenas tenía 25.
La noticia corrió como pólvora, pero su hija estaba exenta a la realidad, debido a que era muy difícil de contactar para informarle sobre lo acontecido. Era reina sin saberlo. La soberana estaba alojada en el Treetops Hotel, un alojamiento construido sobre árboles en Kenia. Pero, la aventura llegó a su final cuando se enteró de la triste noticia un poco más tarde que el resto del mundo.
Ante ese suceso, la embajada británica les envió un mensaje cifrado comunicándoles la noticia, pero el código estaba en otro lugar y no lo pudieron descifrar. Finalmente, un periodista habló con el secretario de Isabel II en un restaurante y le dijo lo sucedido.
“Felipe cogió el periódico y se tapó la cara con él, escondiéndose. Esto va a ser un shock”, afirmó lady Pamela Hicks, prima del duque de Edimburgo. Momento después, el príncipe convenció a su esposa para dar un paseo por el jardín y, una vez se quedaron solos, le informó acerca del deceso de su progenitor y que automáticamente ella pasaba a ser la nueva monarca de Inglaterra.
Al otro día, Isabel II aterrizó en el mismo lugar en el que besó por última vez a su papá. De acuerdo con Hicks, la reina no había llevado ropa negra en su equipaje, por lo que tuvo que aguardar dentro del avión hasta que le llevaron prendas del color adecuado para su luto. Tras bajar del avión, pisó por primera vez su país como la soberana.
Este próximo domingo 06 de febrero se cumplirán 70 años de su ascenso al trono como la reina más longeva de la historia y para conmemorar este acontecimiento ha decidido pasar este aniversario en la casa donde su padre cerró sus ojos para siempre, Sandringham.
